Desgarre
El desgarro muscular (también denominado tirón muscular) se produce cuando un músculo o un tendón (el tejido resistente que une el músculo con el hueso) se estira demasiado o se rompe. Por lo general, el desgarro muscular ocurre durante el ejercicio o las actividades deportivas. También puede ocurrir al levantar objetos pesados
Con un desgarro leve, quizás pueda continuar con sus actividades.
Los desgarros musculares más graves (de segundo y tercer grado) causan un dolor considerable. El músculo se siente rígido y se inflama la zona que rodea la lesión. El dolor empeora con el movimiento, por lo que le impedirá continuar con sus actividades. Incluso puede tener algunos moretones alrededor de la zona lesionada.
El desgarro muscular ocurre cuando el músculo se contrae al estirarse. Esto puede suceder al correr, saltar o patear.
Contactura
Como su propio nombre indica, la contractura muscular es una contracción del músculo, el carácter lesivo radica en la continuidad de esta contracción de forma sostenida en el tiempo. Obviamente esta contracción permanente es involuntaria, quedando de esta forma la musculatura en constante tensión. Un músculo se contrae y se distiende, pero en algunos casos, una zona del vasto muscular no se relaja, y sigue contraída. Esta zona se mantiene dura e hinchada, de ahí que el paciente note un abultamiento al tacto, vulgarmente llamado ‘nudo’.
Dentro de las contracturas musculares se puede distinguir entre las originadas durante el esfuerzo físico o las que aparecen con posterioridad a este, y las residuales, que acompañan a otra lesión.
- Durante un esfuerzo. Al realizar cualquier ejercicio físico el organismo metaboliza sustancias activas para producir el movimiento. Este proceso origina que esas sustancias activas se transformen en sustancias de desecho o inactivas, los metabolitos. Cuando el esfuerzo es elevado, ya sea por la dureza del ejercicio, o por la falta de entrenamiento, el organismo es incapaz de depurar estos metabolitos a través del torrente sanguíneo, que se acumulan y generar dolor e inflamación.
- Posterior al esfuerzo. En este caso, la lesión aparece por la incapacidad del músculo de volver a su estado de reposo. En ocasiones, después de un ejercicio intenso en el que el músculo ha sido sometido a una gran carga de trabajo, este se ve incapaz de retomar su estado natural de relajación por la fatiga acumulada.
- Residuales. Tras una lesión grave (una rotura de fibras, una fractura, un esguince, un fuerte traumatismo), la musculatura adyacente a la zona lesionada tiende a contraerse como mecanismo de protección. Esta contracción con fines protectores, hace que una vez subsanada la lesión principal, esa musculatura contigua quede contracturada. Es lo que se denominaría contractura residual.
el músculo es sometido a un estiramiento exagerado o a un movimiento incorrecto y brusco, puede sufrir la distensión y/o ruptura de sus fibras, lo cual ocasiona dolor y dificultad para movilizar la zona afectada. Es una lesión frecuente pero no por eso menos importante, por lo que no debemos dejar pasar la presencia de un tirón mientras nos ejercitamos.
Las principales causas de esta lesión también llamada distensión muscular es la actividad física excesiva, la flexibilidad deficiente o el calentamiento inadecuado antes de realizar esfuerzos físicos. Como podemos ver, todas las causantes son evitables y no podemos dejar de considerarlas para prevenir el tirón muscular que puede ser más severo y llegar a desgarros graves de las fibras musculares

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