jueves, 7 de abril de 2016

¿Que me pareció este curso?

¿Que me parecio este curso?
En este curso aprendí mucho sobre como hacer ejercicio y lo bueno en que puede resultar esto para mi salud identificando las enfermedades mas frecuentes por la falta de actividad física.
En este año comprendí lo realmente necesario que es saber sobre los riesgos que pueden poner en peligro nuestro bienestar, y aprendi a utilizar con responsabilidad lo aprendido en las primeras exposiciones sobre primeros auxilios 

jueves, 14 de enero de 2016

pelicula

Pelicula

En este video presentamos nuestro trabajo sobre expresion corporal.
Consistio en hacer mimica, tratando de representar algo que habitualmente ocurre en alguna sociedad como la nuestra


Ficha de evaluacion fisica

jueves, 8 de octubre de 2015

Transtornos
En una sociedad que continúa valorando la delgadez, aun cuando las personas en los Estados Unidos están más gordos que nunca, casi todos se preocupan por su peso como mínimo. Las personas con trastornos en la alimentación llevan dichas preocupaciones a los extremos, desarrollando hábitos alimentarios anormales que amenazan su bienestar e incluso sus vidas. Esta hoja informativa de preguntas y respuestas explica cómo la psicoterapia puede ayudar a las personas a recuperarse de estos trastornos cada vez más comunes.

¿Cuáles son los principales tipos de trastornos en la alimentación?

Hay tres tipos principales de trastornos en la alimentación.
  • Las personas con anorexia nerviosa tienen una imagen distorsionada del cuerpo, que hace que se vean gordas incluso cuando están peligrosamente delgadas. A menudo se niegan a comer, hacen ejercicio compulsivamente y desarrollan hábitos inusuales como rehusar comer delante de los demás, pierden mucho peso y pueden incluso morirse de hambre.
  • Las personas con bulimia nerviosa comen excesiva cantidad de alimentos, luego purgan sus cuerpos de los alimentos y las calorías que tanto temen usando laxantes, enemas o diuréticos, vomitando y/o haciendo ejercicio. A menudo actúan en secreto, se sienten asqueados y avergonzados cuando comen demasiado, pero también aliviados de la tensión y las emociones negativas una vez que sus estómagos están nuevamente vacíos.
  • Al igual que las personas con bulimia, aquellas con el trastorno de comer compulsivamente experimentan episodios frecuentes de comer fuera de control. La diferencia es que los comedores compulsivos no purgan sus cuerpos del exceso de calorías.
Es importante prevenir conductas problemáticas para que no se conviertan en trastornos en la alimentación totalmente desarrollados. La anorexia y la bulimia, por ejemplo, suelen estar precedidas de una dieta muy estricta y pérdida de peso. El trastorno de comer compulsivamente puede comenzar con comilonas ocasionales. Cada vez que una conducta alimenticia comienza a tener un impacto destructivo en el desempeño de las funciones de una persona o la imagen de sí misma, es hora de consultar a un profesional de la salud mental altamente capacitado, como un psicólogo autorizado para ejercer y con experiencia en tratar personas con trastornos en la alimentación.

¿Quiénes tienen trastornos en la alimentación?

Según el Instituto Nacional de la Salud Mental, las mujeres adolescentes y jóvenes representan el 90 por ciento de los casos. Pero los trastornos en la alimentación no son sólo un problema para las mujeres adolescentes, tan a menudo descritas en los medios de comunicación. Mujeres y hombres mayores , asi como niños también pueden desarrollar estos trastornos. Un creciente número de minorías étnicas están siendo afectadas de estas enfermedades devastadoras.
Las personas a veces tienen trastornos en la alimentación sin que sus familias o amigos sospechen que tienen un problema. Conscientes de que su conducta no es normal, las personas con trastornos en la alimentación pueden retraerse del contacto social, ocultar su conducta y negar que sus patrones de alimentación son problemáticos. Hacer un diagnóstico preciso exige la participación de un psicólogo autorizado para ejercer u otro experto de salud mental adecuado.

¿Qué provoca los trastornos en la alimentación?

Determinados factores psicológicos predisponen a las personas a desarrollar los trastornos en la alimentación. Las familias o relaciones disfuncionales son un factor. Los rasgos de personalidad pueden también contribuir a estos trastornos. La mayoría de las personas con trastornos en la alimentación tienen baja autoestima, se sienten indefensas y con una insatisfacción profunda por su apariencia.
Hay características específicas vinculadas con cada uno de los trastornos. Por ejemplo Las personas con anorexia tienden a ser perfeccionistas, mientras que las personas con bulimia son a menudo impulsivas. Los factores físicos como la genética también desempeñan un papel importante para poner en peligro a las personas.
Un amplio espectro de situaciones puede precipitar los trastornos en la alimentación en personas susceptibles. Los familiares o amigos pueden burlarse repetidamente de ellas con relación a sus cuerpos. Pueden participar en gimnasia u otros deportes que ponen énfasis en el peso bajo o una determinada imagen corporal. Las emociones negativas o los traumas como la violación, abuso o la muerte de un ser querido también pueden desencadenar trastornos. Incluso un acontecimiento feliz, como dar a luz, puede provocar trastornos debido al impacto estresante del hecho que implica un nuevo papel en la persona y su imagen corporal.
Una vez que las personas comienzan a tener conductas de alimentación anormales, el problema puede perpetuarse. Comer compulsivamente puede establecer un círculo vicioso activo, en la medida que las personas que se purgan para eliminar el exceso de calorías y dolor psíquico, luego comen compulsivamente un vez más para escapar de los problemas cotidianos.

¿Por qué es importante buscar tratamiento para estos trastornos?

Las investigaciones indican que los trastornos en la alimentación son uno de los problemas psicológicos con menos probabilidades de ser tratados. Los trastornos en la alimentación con frecuencia no desaparecen por sí solos, y dejarlos sin tratamiento puede tener consecuencias graves. De hecho, el Instituto Nacional de la Salud Mental estima que uno de cada diez casos de anorexia termina en muerte por hambre, suicidio o complicaciones médicas como ataques al corazón o insuficiencia renal.
Los trastornos en la alimentación pueden aniquilar al cuerpo. Los problemas físicos asociados con trastornos en la alimentación incluyen anemia, palpitaciones, pérdida del cabello y masa ósea, caries, esofagitis e interrupción de la menstruación. Las personas con trastornos en comer compulsivamente pueden desarrollar presión sanguínea elevada, diabetes y otros problemas asociados con la obesidad.
Los trastornos en la alimentación también están asociados con otros trastornos mentales como la depresión. Los investigadores todavía no saben si los trastornos en la alimentación son síntomas de dichos problemas o si los problemas se desarrollan debido al aislamiento, estigma y cambios fisiológicos causados por los trastornos en la alimentación en sí. Lo que queda claro es que las personas con trastornos en la alimentación tienen mayores índices de tener otros trastornos mentales, que incluyen depresión, trastornos de ansiedad y abuso de sustancias, que otras personas.

¿Cómo puede un psicólogo ayudar a una persona a recuperarse?

Los psicólogos desempeñan un papel vital en el tratamiento exitoso de los trastornos en la alimentación. Estos son miembros integrales de un equipo multidisciplinario que puede ser necesario para brindar la atención adecuada al paciente. Como parte de este tratamiento, se puede consultar a un médico para descartar enfermedades y determinar si el paciente corre peligro físico inmediato. Se puede solicitar a un nutricionista que ayude a evaluar y mejorar que ayude a evaluar y mejorar el consumo nutricional.
Una vez que el psicólogo ha identificado problemas importantes que requieren atención, y desarrollado un plan de tratamiento, ayuda al paciente a reemplazar pensamientos y conductas destructivos por otros más positivos. Por ejemplo, el psicólogo y paciente pueden trabajar juntos para concentrarse en la salud en lugar del peso. El paciente puede llevar un diario de comidas con el fin de crear más conciencia de los tipos de situaciones que desencadenan el comer compulsivamente.
Sin embargo, simplemente cambiar los pensamientos y conductas del paciente no es suficiente. Para garantizar una recuperación duradera, los psicólogos y pacientes deben trabajar juntos para explorar los problemas psicológicos subyacentes al trastorno de la alimentación. La psicoterapia puede ser necesaria para concentrarse en mejorar las relaciones personales del paciente y puede involucrar ayudarlo a ir más allá del hecho o situación que desencadenó el trastorno en primer lugar. La terapia de grupo también puede resultar útil.
Algunos pacientes, en especial aquellos con bulimia, pueden beneficiarse con la medicación. Sin embargo es importante recordar que la medicación debe usarse en combinación con psicoterapia, no para reemplazarla. Los pacientes a quienes se les aconseja tomar medicación deben conocer los posibles efectos colaterales y la necesidad de una supervisión directa del médico.

¿Funciona realmente el tratamiento?

Sí. La mayoría de los casos de trastornos en la alimentación pueden ser tratados exitosamente por profesionales de la atención médica de salud mental y de salud adecuadamente capacitados. Hay que tener en cuenta, que los tratamientos no dan resultados en un corto plazo. Para muchos pacientes, el tratamiento puede ser a largo plazo.
Incorporar la terapia familiar o de pareja en la atención del paciente puede ayudar a prevenir recaídas al resolver los problemas interpersonales relacionados con el trastorno de la alimentación. Los terapeutas pueden guiar a los familiares para que entiendan el trastorno del paciente y aprendan nuevas técnicas para sobrellevar los problemas. Los grupos de apoyo también pueden colaborar.
Recuerde: cuanto más temprano comience el tratamiento, es mucho mejor. Cuanto más tiempo continúen los patrones de alimentación anormales, estos quedarán más profundamente arraigados y serán más difíciles de tratar.
Los trastornos en la alimentación pueden afectar gravemente el funcionamiento y la salud de las personas. Pero las perspectivas de una recuperación a largo plazo para la mayoría de las personas que buscan ayuda profesional son muy buenas. Terapeutas calificados como, por ejemplo, psicólogos autorizados para ejercer y con experiencia en esta área, pueden ayudar a aquellas personas que tienen trastornos en la alimentación a recuperar el control de sus conductas alimenticias y de sus vidas.
Nutrientes
Un nutriente es el material que necesitan las células de un organismo para producir la energía empleada en las funciones de crecimiento, reparación y reproducción, metabolismo, entre otras.
Los alimentos son sustancias que proporcionan a los seres vivientes materia y energía; es decir, las sustancias que se encuentran en los alimentos y que son necesarias para cumplir con las funciones vitales de los organismos, son conocidas como nutrientes.
Los alquimistas griegos de la antigüedad, eran más filósofos que científicos, creían que los alimentos contenían una sola sustancia vivificante; pero a lo largo de los siglos y a medida que ha ido avanzando la tecnología, se ha ido descubriendo un numero mayor de estos elementos nutritivos que contienen una amplia variedad de sustancias químicas que, por conveniencia, se han agrupado en clases abarcantes.
Los nutrientes pueden ser orgánicos e inorgánicos, entre éstos últimos tenemos al agua, que constituye más del 60% de nuestro cuerpo, y es utilizada como medio para la descomposición de alimentos; y a los minerales, que son sustancias que intervienen en procesos enzimáticos y del metabolismo (sodio, potasio, calcio, fósforo, yodo y hierro).
Entre los nutrientes orgánicos se encuentran los carbohidratos, que constituyen la principal fuente energética inmediata del organismo y pueden almacenarse como sustancias de reserva, están en alimentos como frutas, papa, maíz, arroz, etc. Los lípidos o grasas, los cuales son fuentes de energía mayores a los carbohidratos y protegen a los órganos contra los golpes, están en aceites, mantequillas, etc.
También se hallan las proteínas, que están formadas por aminoácidos, se utilizan en la reparación de tejidos y órganos del cuerpo, y son una fuente energética de emergencia, se encuentran en productos lácteos, carnes, huevos, etc. Y por último, las vitaminas que son sustancias orgánicas de muchos alimentos, indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo y prevención de enfermedades, están en las frutas, vegetales, leche, etc.
Cabe resaltar, que una buena salud requiere de una combinación de estos alimentos, conocida por nosotros como dieta balanceada.